** En internet últimamente se ven muchas historias y temas solidarios, pero no me consuela un me gusta, un RT o un comentario sin más (en las redes sociales). Creo que últimamente los seres humanos andamos escasos de solidaridad y si no somos capaces de solidarizarnos todos con todos, mal arreglo.
Os adjunto una bonita historia que está circulando por internet, no sé si es cierta del todo o no, pero la de cosas que se pueden cambiar con un café, un bocadillo, un abrazo solidario, no hace falta irnos muy lejos, por ejemplo en Villablino y en todas nuestras cuencas mineras, hace falta de todo esto y más, si queremos sobrevivir a toda esta vorágine tendremos que retomar esos valores que parecen una utopía últimamente.
Tenemos los egos y los "yos" demasiado realzados, nos creemos más que los demás y todos dependemos de todos, NADIE es más que NADIE.
Podemos cambiar muchas cosas, pero nunca desde el sofá o quejándonos en los bares o en su defecto, creyéndonos más o mejores que los demás, con el yo soy... y yo hago, al final tendremos que aprender a conjugar el verbo "yo" para entender tanta estupidez.
EL CAFÉ PENDIENTE
Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos en una mesa. Luego entran dos personas.: Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres "pendientes". Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van.
Pregunto: ¿Cuáles son esos “cafés pendientes”?
Me dicen: Espera y verás.
Luego vienen otras personas. Dos chicas piden dos cafés, pagan
normalmente. Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete
cafés: Tres son para nosotros y cuatro “pendientes”. Pagan
por siete, se toman los tres y se marchan. Después un joven pide dos
cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos.
Estamos sentados, hablamos y
miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol
delante de la cafetería.
De repente, en la puerta aparece un hombre
vestido muy pobre y pregunta en voz baja:
¿Tienen algún "café pendiente"?
Este tipo de caridad, por primera vez apareció en Nápoles. La gente
paga anticipadamente el café a alguien que no puede permitirse el lujo
de una taza de café caliente. Allí dejaban en los establecimientos de
esta manera no sólo el café, sino también comida. Esa costumbre ya ha
salido de las fronteras de Italia y se ha extendido a muchas ciudades de
todo el mundo.
La solidaridad es nuestra mayor arma... HOY por tí MAÑANA por mí
¿Te sumas a la iniciativa Cafés Pendientes? http://cafespendientes.es/
Post publicado en el periódico digital Ileon.com
Irma.-