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Y Lolo como siempre, ha bordado nuestra realidad del día a día |
** Los trabajadores del MUSAC también se rebelan, pero León y todo el país sigue agazapado con todo lo que acontece a nuestro alrededor, hoy es el MUSAC, ayer la minería, mañana la reforma laboral y un suma y sigue hasta el infinito o más, pero
la solidaridad en este país sigue siendo una utopía ¿hasta cuándo?
León, 6 de junio de 2013
Las personas que trabajamos en el MUSAC, en el contexto de
la reciente dimisión de la directora Eva González-Sancho y del Comité
Asesor del museo, queremos informar de que:
Desde la inauguración del museo en 2005 y hasta el estado
de deriva actual ha tenido lugar una consecución de prácticas
irregulares en la gestión de esta institución, que responden tanto a las
políticas culturales generales adoptadas por la Junta de Castilla y
León como a la gestión interna del museo.
Desde su creación, el MUSAC ha sido gestionado por la
Fundación Siglo para las Artes en Castilla y León (actualmente Fundación
Siglo para el Turismo y las Artes de Castilla y León), que tiene entre
sus fines “la protección, fomento, financiación y desarrollo de
actividades relacionadas con la Lengua, la Cultura, el Pensamiento y las
Artes en sus distintas formas de creación y expresión, y, en especial,
con la música, la protección, apoyo y aprendizaje del castellano, el
patrimonio cultural y los museos, con el fin último de contribuir, a
través de sus recursos de todo tipo, al progreso de la Comunidad
Autónoma de Castilla y León y al enriquecimiento, disfrute,
conocimiento, difusión y prestigio de las manifestaciones culturales y
artísticas más relevantes de su historia y actualidad dentro y fuera de
su ámbito territorial” [www.fundacionsiglo.es]. Frente a este ideario,
los trabajadores manifestamos que la realidad del modelo de gestión que
observamos en nuestro día a día desde mucho antes de la actual situación
económica, promueve la opacidad en la utilización de fondos públicos,
la precarización y el desamparo de los trabajadores culturales, una
creciente injerencia en la gestión de la institución y, en definitiva,
un empobrecimiento de la calidad de los programas que los ciudadanos
encuentran en la institución que están financiando.
Durante varios años venimos asistiendo a la paulatina
privatización de los servicios, auspiciando la generación de una suerte
de “empresas para todo”, que compiten por cubrir los puestos de
auxiliares de salas, limpieza, mantenimiento, seguridad y servicios
auxiliares al mejor postor, precarizando año tras año las condiciones de
los trabajadores y haciendo imposible mantener un trabajo continuado y
profesional en servicios menos visibles pero igualmente necesarios y
valiosos en el museo.
Asimismo, se han promovido distintas prácticas como
mantener en puestos estructurales del museo a personas en régimen de
autónomos o empresas —incluso desde antes de la llegada de la crisis y
la consiguiente reducción de presupuestos; prescindir de los servicios
educativos a partir de una demanda ganada por los educadores tras su
salida del museo en el verano de 2011; así como sustituir periódicamente
a auxiliares de sala, conserjes y personal de mantenimiento debido al
cambio constante de empresas prestadoras de servicios. Del mismo modo,
desde el año 2008 —y con anterioridad al ERE aplicado en la Fundación
Siglo a finales de 2012— el equipo ha perdido un conservador jefe, un
técnico asesor legal, un técnico administrativo, seis educadores, un
auxiliar de servicios, un técnico de coordinación, un profesional de
prensa, dos limpiadoras o dos vigilantes de seguridad. Todo ello de
manera gradual y silenciosa, facilitada por los diferentes tipos de
contratación y vínculos laborales con el museo, que coexisten en una
plantilla que en su momento máximo alcanzó las 54 personas —vinculadas o
no contractualmente a la Fundación Siglo, pero que en definitiva
desarrollaban la totalidad de su actividad profesional en el museo— y
que en la actualidad se reduce a 33 personas.
Por otro lado, hemos sido testigos con impotencia de cómo
no se han escatimado recursos económicos a la hora de generar una
programación expositiva que consideramos de gran calidad, pero que sin
embargo resulta problemática en sus discursos cuando no se ponen en
práctica los propios cuestionamientos críticos proclamados, a través de
herramientas para la transparencia de gestión, inserción y diálogo real
con el contexto local y social del museo: la ciudad de León y, por
extensión, la Comunidad, pagadora real y destinataria primera de esta
infraestructura cultural.
La actual reducción presupuestaria no afecta en absoluto a
la elección, por parte de los responsables de la institución, de unas
prácticas responsables y éticas en la gestión del museo. Una postura
que, parece claro, no se quiere tomar, puesto que priman el valor
turístico y la categoría de evento que acompaña un programa político,
sobre la voluntad de dotar a la Comunidad Autónoma y a la ciudad de una
institución cultural capaz de generar sentido y aportar beneficios en la
vida cultural de las personas a largo plazo.
Las personas que trabajamos en el MUSAC reclamamos:
La apertura de un proceso de reflexión profundo sobre el
modelo de centro que se quiere para la Comunidad, y no una huida hacia
adelante con nombramientos apresurados para acallar una grave situación
que requiere de un análisis más detenido y una voluntad firme de
solución en profundidad, y no de un parcheado superficial.
La puesta en marcha de una gestión responsable, meditada y
transparente de los recursos públicos destinados a la cultura, y que
estos reviertan en una inversión de calidad y a largo plazo para los
ciudadanos, pagadores y destinatarios primeros de esta infraestructura.
Responsabilidad, generosidad y vocación de servicio público
en los responsables de la institución, que han de priorizar el interés
del museo y velar por las posibilidades que éste puede aportar a su
contexto, por encima de intereses profesionales personales o intereses
políticos.
Las personas que trabajamos en MUSAC manifestamos nuestro profundo compromiso con la institución y nuestra voluntad de trabajo en la mejora de la misma.
Post publicado en el periódico digital
Ileon.com
Irma.-