Martín Villa pudo prometer y prometió
que no se manchaba los zapatos
y lo cumplió.
Fue el lunes 27 de febrero de 1978 y el entonces ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, visitó dos comarcas leonesas. Primero fue a La Cabrera, y se detuvo en La Baña y en Truchas. En las calles había nieve que se transformó en barrizal por el trasiego de la gente que acudió. Y para evitar que el ministro se manchara los zapatos lo llevaron en volandas entre el informador de Radio Nacional de España Luis Arribas y uno de los conductores del Parque Móvil, como se ve en la foto. Así atravesó Rodolfo Martín Villa la zona embarrada sin que a los demás presentes parezca sorprenderles. Sólo una persona a la derecha se sonríe mientras mira al suelo embarrado.
Aquella visita, al poco de ser
nombrado ministro, despertó muchas expectativas, que al final no se
cumplieron. Martín Villa prometió un patronato para La Cabrera como el
que tenía Las Hurdes y se interesó por mejorar las infraestructuras (con
un coste de 343 millones de pesetas), la pavimentación y el saneamiento
de los pueblos.
Después estuvo en Riaño (a donde se trasladó tras
almorzar en La Bañeza), en un concejo abierto con los alcaldes y
presidentes de las juntas vecinales de los pueblos afectados por el
embalse, tras visitar el lugar donde se ubicaría el Nuevo Riaño, del que
contempló la maqueta. Prometió resolver de inmediato la instalación de
un repetidor de televisión y mejorar la telefonía.
Publicado: Diario de León
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Maldita hemoroteca
y
y
feliz digestión utópica.
Irma Basarte10.-