** Tengo un cariño muy especial a Doña Concha, de hecho es una mujer que a sus 90 añines sigue radiando vitalidad ante nuevos proyectos, seguro que es un trabajo increible el que presenta esta tarde y es un legado imprescindible para nuestras bibliotecas, de hecho como bien ha dicho Concha en alguna ocasión "para poder salvar nuestro patrimonio, primero hay que conocerlo".
Es un placer conocerte personalmente Concha y sobre todo que sigas en la brecha empujando a la gente hacer cosinas, me incluyo en el lote.
Irma.-
Infatigable doña Concha, la dueña de estas manos amigas del barro y la artesanía, del tapial y los palomares, de las tradicionales arquitecturas y La Cabrera, de los manteos y las palabras viejas, de las rogativas y los monasterios de monjas de clausura, de bailes y baúles...
Incansable doña Concha se sentaba en el asiento de atrás del taxi camino del palomar de La Baña, de la Danza de Nabucodonosor de Corporales, del claustro de Gradefes, del molino de Sorriba, del alfar de Santa Elena, del batán del Val, de las mantas artesanas de Nistal, de los encurtidores de Santa María o de Ubaldo el cestero de Vegas del Condado, por decir algunos de sus destinos, apenas unos pocos.
Inasequible al desaliento doña Concha reponía fuerzas cada día en la Ruta Jacobea, en la mesa de al lado de Roberto Merino, y marchaba por la tarde a alguna conferencia, a grabar un documental, a buscar una palabra, a ofrecer algún proyecto, a buscar alguna ayuda, a organizar algún ciclo... como el de ‘Descubre tu patrimonio’ que durante una década nos ha venido contando que es cultura una pared de piedra, un balcón de madera, un palomar de barro, unas manos de artesano, una canción de bodas, una rogativa para el agua.
Y lo han hecho ‘caja/libro’ y la protege las manos amigas.
UNA IMAGEN Y 222 PALABRAS (por Fulgencio Fernández y Mauricio Peña)