La utopía de Riaño nunca se hizo realidad
Riaño tiene sed de utopía
Esta foto está sacada justo cuando navegábamos encima de lo que fue el pueblo de Riaño. Alguien dijo con su mirada triste y cabizbaja que "la capacidad de hacernos daño la han perdido", mi mirada tambien se entristeció y todos sentimos y dejamos caer nuestras lágrimas por Riaño. Las lágrimas y la impotencia también llenan pantanos y vacían esperanzas.
El Riaño "nuevo" huele a pueblo fantasma, huele a pena, a un gran vacío que el dictador dijo que había que llenar de agua y los que llegaron más tarde con su democracia bajo el brazo dijeron que seguirían la ruta marcada por el "Caudi".
Digan lo que digan, hay heridas que no cicatrizan nunca y esta es una de ellas.
Un último dato digno de mención, que se suma a la gestión llevada a cabo en el proceso de destrucción de los valles de la comarca leonesa, fue el hecho de que el cierre de la presa de Riaño se produjese en la fecha del 31 de diciembre de 1987; cuando era conocida la circunstancia legal, de que a partir del 1 de enero de 1988 entraba en vigor la nueva directiva europea que prohibía la construcción de embalses como el de Riaño por motivos medioambientales; directiva relacionada con la protección de valles y pueblos de alta montaña en los territorios de la Comunidad Europea. Una vez más, queda claro que el Caudi desde la tumba siguió y sigue dando órdenes por lo siglos de los siglos...
Dictadura: Sistema de gobierno
en el que lo que no está prohibido es obligatorio.
en el que lo que no está prohibido es obligatorio.
Enrique Jardiel Poncela
Post publicado en el periódico digital iLeon.com
Irma Basarte10.-
¿Quién gana con la despoblación?
ResponderEliminarEmpresas e industrias localizadas en las áreas urbanas que se encontraron y se encuentran con un “ejército de reserva” proveniente del medio rural, para tirar a la baja los salarios. Éste es un fenómeno perfectamente descrito por Karl Polanyi en “La gran transformación”, para la Inglaterra de la Primera Revolución Industrial, y su análisis es plenamente válido para explicar el éxodo rural de los años 50, 60 y 70 (el “Gran Trauma”, en expresión de Sergio del Molino en su libro “La España vacía”).
Empresas interesadas, bien en la explotación abusiva de los recursos naturales, bien en el uso del medio rural como vertedero o patio trasero. Esto servía en cierta época para las empresas que construyeron embalses mientras la Guardia Civil arrojaba a los habitantes, pero sirve también para quienes quieren crear cementerios nucleares, mega-granjas de 20.000 vacas lecheras o delirantes proyectos de fracking.
Oligarquías locales cuya palanca de poder reside precisamente en controlar el escaso mercado de trabajo -público y privado- existente en los territorios rurales, usándolo a menudo como prebenda política y laboral. No son casuales, (y qué poco se habla de ellas) las puertas giratorias tan habituales en el medio rural, entre las empresas locales, comarcales y provinciales, y los puestos de decisión política al mismo nivel. El hecho de que controlando un número relativamente bajo de personas, pueda controlarse un resultado electoral, contribuye decisivamente a este fenómeno.
Acaparadores de tierra y de ayudas a la agricultura, profesionales del cobro de la PAC y “agricultores de sofá”. Un 79,3 % de los beneficiarios de la PAC de la Europa de los Veintiocho percibieron en 2014 menos de 5.000 euros anuales, con un importe equivalente al 26,6 % del total de las ayudas directas abonadas con cargo al FEAGA. En cambio, un porcentaje muy reducido de las explotaciones (126.330 de un total de 7,5 millones, es decir, un 1,69 %) percibe más de 50.000 euros, con una cantidad total equivalente a 13.200 M€ (el 31,6 % del total de las ayudas directas abonadas en 2014). Este fenómeno se repite a todas las escalas: estatal, autonómica y local, y ha sido objeto de debate y denuncia en la prensa.
Una Administración estatal que desde siempre -esto no es nuevo- concibe la dotación de servicios e infraestructuras en términos de gasto, sujeto a economías de escala y de acumulación, y que por tanto encuentra más interesante agrupar la población en unos pocos polos, para reducir costes de mantenimiento, por un lado, y hacerlos más atractivos para el sector privado, por otro.
No lo sabia pero eso explica muchas cosas que pasan en los pueblos
EliminarEstá claro que nada ocurre "por casualidad", gracias por la información.
EliminarAbrazote utópico, Irma.-
¡Qué dura es la realidad de nuestros pueblos!
EliminarAbrazote utópico, Irma.-
Sentí toda la tristeza de esas palabras y sus "lágrimas que llenan pántanos y vacían esperanzas"
ResponderEliminarUn abrazo, querida.
Desgraciadamente así ha sido y así está siendo.
EliminarAbrazote utópico, Irma.-
Es "riaño" la "pirámide invertida" del dictador !!!
Tal cual.
EliminarAbrazote utópico, Irma.-
Irma se da la paradoja de que algunos de los vecinos de los pueblos que cubrió el pantano los reubicaron el pueblo palentino de Cascon de la Nava, que para construirlo fue necesario desecar la laguna de La Nava.
ResponderEliminarSaludos.
Lo de este país de verdad que no tiene nombre (bueno sí que lo tiene)
EliminarAbrazote utópico, Irma.-
Wonderful photos and so lovely reflections.
ResponderEliminar¡Thanks!
EliminarDistintas formas de mirar el agua de Julio Llamazares, un libro que leí hace tiempa refleja muy bien esa lo que siento cada vez que paso por Riaño y veo la tristeza de ese pueblo nuevo donde nunca llega el futuro que prometieron.
ResponderEliminarUn abrazo,Irma.
La tristeza se sigue mascando en el ambiente, nunca ha llegado ese futuro y me temo que nunca llegará.
EliminarAbrazote utópico, Irma.-
Your photos are wonderful and your utopia too
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