Luis Miguel Rabanal
Luis Miguel Rabanal nació el 20 de marzo de 1957 en Riello (León). Durante la mayor parte de la década de los 60 lideró, junto a Isidro San Juan G., la banda de malhechores 'Los petardos', haciendo la vida imposible a los felices transeúntes del triste Camino del Ariego.
Aquellas y otras historias fueron llevadas con posterioridad a la pantalla de la serie televisiva Jiménez y el burro, El curro de Jiménez, o algo parecido. Cursó estudios de Liturgia y Onanismo en diversos centros especializados a los que, por desgracia, no pudo prender fuego en su momento. Más adelante se licenció en lenguas y demás partes pubendas, fue también futbolista y gran degustador de Smirnoff. Actualmente reside en el Principado de Mónaco, perdón, en el de Asturias y añora una barbaridad Omaña.
Desde finales de 1997, debido a la tetraplejia producida por un derrumbe doméstico o por un accidente de surf, ya no se acuerda, es usuario de una bonita silla de ruedas Breezy. Así y todo, y con dolores, continúa escribiendo, (si hasta el célebre programa de voz con que está dictando texto se pregunta cómo lo consigue).
Ha sido ganador y merecedor de múltiples premios literarios como el Premio Cálamo de poesía erótica con 'Libro de citas' (1993); el Premio José Luis Núñez en 1985 por la por la obra '(Técnicas) para abrazar un oscuro nombre'; el Premio Ana de Valle por 'Labios de la locura' (1983) o el Premio Leonor por 'O podríamos amarnos sin que nadie se entere' (1989).
Me faltaba uno... El "Provincia" de 1996 por CÁNCER DE INVIERNO.
Aquellas y otras historias fueron llevadas con posterioridad a la pantalla de la serie televisiva Jiménez y el burro, El curro de Jiménez, o algo parecido. Cursó estudios de Liturgia y Onanismo en diversos centros especializados a los que, por desgracia, no pudo prender fuego en su momento. Más adelante se licenció en lenguas y demás partes pubendas, fue también futbolista y gran degustador de Smirnoff. Actualmente reside en el Principado de Mónaco, perdón, en el de Asturias y añora una barbaridad Omaña.
Desde finales de 1997, debido a la tetraplejia producida por un derrumbe doméstico o por un accidente de surf, ya no se acuerda, es usuario de una bonita silla de ruedas Breezy. Así y todo, y con dolores, continúa escribiendo, (si hasta el célebre programa de voz con que está dictando texto se pregunta cómo lo consigue).
Ha sido ganador y merecedor de múltiples premios literarios como el Premio Cálamo de poesía erótica con 'Libro de citas' (1993); el Premio José Luis Núñez en 1985 por la por la obra '(Técnicas) para abrazar un oscuro nombre'; el Premio Ana de Valle por 'Labios de la locura' (1983) o el Premio Leonor por 'O podríamos amarnos sin que nadie se entere' (1989).
Me faltaba uno... El "Provincia" de 1996 por CÁNCER DE INVIERNO.
Si se me olvida alguno, mil perdones.
http://luismiguelrabanal.spaces.live.com
http://terra.es/personal/lumira
Irma.-
http://terra.es/personal/lumira
** Luis Miguel Rabanal, ese omañés entrañable que siempre lleva su terruño en el corazón, por cierto nos debemos un café y creo que ahora sí que me debes un puñadín pequeñito de versos.
Un abrazo.
Un abrazo.
Irma.-
Muchísimas gracias, Irma. Omaña es mucha Omaña como para olvidar...
ResponderEliminarLlego a saludarte y a leerte y me ha encantado como defines a este escritor y a los premios recibidos...
ResponderEliminarPero por casualidades de la vida tengo que resaltar que el premio poesía de Ana del Valle, he tenido la suerte de conocerla en persona y no verla simplemente una vez, si no bastantes y por supuesto se donde vivía y tenia la imprenta.
Cosas de la vida que el mundo es un pañuelo...
Un saludo poético y hasta otro momento.
María del Carmen
Un placer! seguir descubriendo cositas de tu mano.
ResponderEliminarabrazote Irma
Un cielo de hombre y lo digo porque lo conozco.
ResponderEliminarUn abrazo Luis Miguel y otro para tí Irma, por sorprendernos siempre tan gratamente.
Ángela.
Gracias a todos y en especial a Luis Miguel, un abrazo fuerte y a seguir cosechando premios.
ResponderEliminarEste mundo es cada vez más chiquitín y al final todos conocidos.
Besines, Irma.-